Tipos de diabetes

El conocimiento que tenemos de la diabetes es cada vez mayor y por tanto, la clasificación que se ha hecho de los distintos tipos ha ido variando a lo largo del tiempo. Actualmente la ADA (Asociación Americana de Diabetes, 2022) establece la siguiente clasificación:

Diabetes Mellitus Tipo 1:

Se trata de un tipo de diabetes crónica y autoinmune, es decir, en este tipo de diabetes el cuerpo crea anticuerpos contra las células del páncreas encargadas de crear la insulina. Es por ello que la persona con diabetes de tipo 1 tiene que administrarse insulina independientemente del tipo de dieta que siga o del deporte que haga; por ello, antiguamente se la denominaba “Diabetes Insulinodependiente”. Este tipo de diabetes suele aparecer a edad temprana, es por ello que en ocasiones se la llama “diabetes infantojuvenil”.

En ocasiones, esta diabetes aparece en el adulto siguiendo la misma etiología, es decir, producida por la autoinmunidad. A este tipo de Diabetes de tipo 1 que se da en el adulto se la conoce como Diabetes LADA por sus siglas en ingles: Latent Autoimmune Diabetes in Adults/Diabetes Autoinmune Latente en el Adulto. A efectos prácticos, de diagnostico y tratamiento se trata de el mismo tipo de diabetes que la diabetes de tipo 1.

Este tipo de diabetes supone entre el 6-10% del total de las diabetes diagnosticadas. En España se estima que existen 17,2 personas entre 0 y 19 años con diabetes de tipo 1 por cada 1000 según el atlas de la diabetes de la IDF.

Diabetes Mellitus Tipo 2

En este tipo de diabetes la insulina no funciona correctamente debido a una “resistencia a la insulina”. Aunque el páncreas es capaz de crear insulina, debido a una serie de factores como son la obesidad, estilos de vida sedentaria, hipertensión, hipercolesterolemia… el cuerpo no es capaz de utilizar esta de manera eficiente y tras un tiempo el páncreas acaba dejando de crear insulina de manera eficiente.

Este tipo de diabetes, en sus primeras etapas se puede controlar con la perdida de peso, una dieta adecuada y ejercicio. De hecho, existe un estado intermedio antes de considerar que una persona tiene este tipo de diabetes que se conoce como “prediabetes” o “disglucemia”. Este tipo de diabetes también se puede controlar en muchas ocasiones con pastillas; por ello antiguamente se la conocía como “diabetes no insulinodependiente”. Aún así, cuando esta no se controla bien se puede precisar usar insulina para su control. Aunque existe un factor de herencia genética importante en el desarrollo de esta enfermedad se sabe que en un gran porcentaje se puede prevenir la misma.

Este tipo de diabetes supone el 90-95% del total de la diabetes diagnosticada. En España se estima que existen más de 5 millones de personas con diabetes (casi el 15% de la población) y un 6% de estos no lo saben según el estudio di@betes.

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¿Qué es la diabetes?

Según la OMS, la diabetes se definiría como: “enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce”. La insulina es la hormona encargada de movilizar la glucosa desde la sangre a las células para que estas puedan consumirla. Cuando una persona tiene diabetes y, por tanto, su páncreas no produce insulina o su cuerpo no es capaz de utilizar esta insulina, la glucosa en sangre se eleva y es por eso que habrás escuchado eso de “tener el azúcar alto en sangre”.

¿Glucosa? ¿Hidratos de carbono? ¿Azúcar? ¿Cuál es la diferencia?

La mayoría de alimentos que ingerimos tienen en su composición hidratos de carbono. Estos son un tipo de biomoléculas, es decir, un tipo de molécula fundamental que constituye nuestro cuerpo. Dentro del grupo de los hidratos de carbonos encontramos muchos tipos, cada uno con sus funciones y características. Por ejemplo, el azúcar común es un tipo de hidrato de carbono.

Una de las funciones que tienen los hidratos de carbono en nuestro organismo es la de proporcionarnos energía, pero para que esta pueda ser utilizada por las células de nuestro cuerpo, este transforma todos los hidratos de carbono en un tipo concreto, el más elemental y fácil de transportar y usar: la glucosa.

Es por eso que, si tienes diabetes o un familiar con diabetes habrás escuchado expresiones como “tener la glucosa alta o baja”. Palabras como “glucemia” no significa otra cosa que medir la glucosa que tenemos en sangre.

¿Cuáles son sus síntomas?

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  • Entre los síntomas clásicos de la diabetes tenemos los que llamamos las “tres P”:
    • Polidipsia: Beber mucha agua. Al tener la glucosa elevada en sangre, el riñón trabaja a destajo para eliminar esta por la orina, por lo que el cuerpo necesita reponer todo ese liquido perdido.
    • Poliuria: Ir mucho al baño. Por el mismo motivo de la anterior.
    • Polifagia: Aumento del apetito. Esta es debido a la falta de nutrientes, ya que aunque el azúcar está elevado en la sangre, el cuerpo no puede utilizarla, por lo que el cuerpo tiene la sensación de que “necesita alimento”.
  • Otros síntomas muy comunes son:
    • Perdida de peso. Sobre todo en diabetes de tipo 1.
    • Cansancio.
    • Visión borrosa.
    • Hormigueo.
    • Infecciones recurrentes
    • Náuseas y vómitos
    • Ojeras (muy común en niños)

¿Cómo se diagnostica?

Para diagnosticar la diabetes se ha de cumplir uno de los siguientes criterios según la ADA (Asociación de Diabetes Americana, 2020)

  • Tener la glucemia en ayunas mayor de 126 mg/dl
  • Tener una glucemia mayor de 200mg/dl tras comer 75gr de hidratos de carbono
  • Tener la hemoglobina glicosilada (HbA1c) mayor de 6,5%
  • Tener una glucemia al azar mayor de 200 mg/dl con síntomas

¿Qué hago si tengo alguno de estos síntomas?

Si tienes algunos de los síntomas anteriormente descritos o sospechas que pudieras tener diabetes, ve a tu médico de cabecera. Con un simple análisis de sangre se puede saber si padeces esta enfermedad.

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